eltano9120

 
Katılım: 06.11.2006
LA VIDA ES BELLA Y ME GUSTA VIVIRLA, Y SI ES CON AMIG@S MAS BONITA AÚN. ADORO A LAS MUJRES; ES LO MAS BONITO Q CREÓ NUeSTRO DIOS
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5 yıl 57 gün önce

AMAR A UN SER HUMANO (TRA. PARTE)

Amar a un ser humano es atreverte a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de
tus gestos y sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus besos, con palabras
francas y sencillas; es hacerle saber y sentir cuanto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus
riquezas  interiores, aún aquellas que él mismo desconoce; es ver su potencial latente y  colaborar
para que florezca la semilla que se encuentra dormida en su  interior; es hacerle sentir que su
desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo; es permitirle descubrir sus
capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida una experiencia más rica y más llena de sentido.


Amar a un ser humano es también atreverte a establecer tus propios limites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que consideras tus
derechos personales; es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te molesta e incomoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con gratitud por los tesoros compartidos.



Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como una expresión del Hombre, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada "ser humano", de la cual tu formas parte; es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana,  que es tu propia naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar  tanto las facetas luminosas y
radiantes de la humanidad, como sus lados  obscuros y sombríos; amar a un ser humano, en realidad, es amar al ser  humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, y por
tanto, amar a un ser humano es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.


AMAR A UN SER HUMANO (SDA. PARTE)

Amar a un ser humano es atreverte a mostrarte indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu verdad
desnuda, honesta y transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, tus áreas
vulnerables; permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres, sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable; es exponer tus deseos y necesidades, sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son
correctas; es disfrutar del privilegio de ser tu mismo frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y
en esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada cristalina, "este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto...si tú quieres recibirlo".


Amar a un ser humano es disfrutar de la fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder
en forma activa a su necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando de si mismo duda,
contagiarle tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse por vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza cuando se siente  débil, confiar en él cuando algo lo agobia y acariciarlo con dulzura cuando algo lo entristece, sin dejarte arrastrar por su
desdicha; es compartir en el  presente por el simple gusto de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea decisión de responderle libremente.



Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su  ternura y su cariño sin
representar el papel del que nada necesita; es aceptar con gusto lo que te brinda sin exigir que te dé
lo que no puede o no desea; es  agradecerle a la Vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una  auténtica bendición en tu sendero; es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el
último que puedes compartir con el otro, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan
profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.


AMAR A UN SER HUMANO (PRA. PARTE)

Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas; contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni en si mismo; es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la Vida.



Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y
respeto; aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla; ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado; es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo; es permitirle descubrir su
verdad interior por si mismo, a su manera: apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo, sin
pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas; es valorarlo por ser quien es, no por como tu desearías que fuera; es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como ser humano.


PERDONAS A LOS DEMÁS Y DEJALOS SER (SEGUNDA PARTE)

“żComprar nuestras tierras?

¡Si no nos pertenecen!
Ni el fulgor de las aguas, ni el aire, ni nuestros hermanos los búfalos a los cuales solo cazamos para sobrevivir.
Es una idea completamente desconocida para nosotros”.
Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hijos, tus amigos o parejas te pertenecen.
Es como el fulgor de las aguas o el aire.
No los puedes comprar.
No los puedes separar.
No son tuyos.
Solo los puedes disfrutar como parte de la naturaleza.
El cauce de un río no lo puedes atrapar.
Solo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas, y dejarlo seguir.
Las personas son un río caudaloso.
Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar.
Amalas, disfrútalas y déjalas ir.

Entonces żCómo puedo perdonar?

1) Entiende que nadie te ha ofendido.
Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas y Dios las que te hieren.
Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente.
Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA van a cuadrar con esas ideas que tienes.
Porque son ideas falsas.

2) Deja a las personas ser.
Deja que guíen su vida como mejor les plazca.
Es su responsabilidad.
Dales consejos, pero permite que tomen sus decisiones.
Es su derecho divino por nacimiento: el libre albedrío y la libertad.

3) Nadie te pertenece.
Ni tus padres, amigos y parejas.
Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza.
Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Ama y deja ser.

4) Deja de pensar demasiado.
Abrete a la posibilidad de nuevas experiencias.
No utilices tu inventario.
Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es.
Cuando limpias tu visión de lentes obscuros y te los quitas, el resultado es la limpieza de visión.

5) La perfección no existe.
Ni el padre, amigo, pareja o Dios perfecto.
Es un concepto creado por la mente humana que ha un nivel intelectual puedes comprender, pero en la realidad NO EXISTE.
Porque es un concepto imaginario.
Un bosque perfecto serían puros árboles, Sol rico, no bichos… żexiste? No.
Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores żexiste? No.
Solo a un nivel intelectual.
En la realidad JAMAS VA A EXISTIR.
Naturalmente, al pez solo le queda disfrutar de la realidad.
Cualquier frustración de que el mar no es como quiere que sea no tiene sentido.
Deja de resistirte a que las personas no son como quieres.
Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son.

6) Intoxícate con la vida.
La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo.
Me complacerá decírtelo por experiencia.

7) Imagina a esa persona que te ofendió en el pasado.
Imagínate que ambos están cómodamente sentados.
Dile porqué te ofendió.
Escucha su explicación amorosa de porque lo hizo.

Y perdónala.

Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para decirle lo que quieres.
Escucha su respuesta.
Y dile adiós.
Te dará una enorme paz.

8) A la luz del corto período de vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices.
Nuestra compañera la muerte en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos.
Es superfluo gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros.
No puedes darte ese lujo.

9) Es natural pasar por un periodo de duelo al perdonar, deja que tu herida sane.
Descárgate con alguien para dejar fluir el dolor.
Vuelve a leer este artículo las veces necesarias y deja que los conceptos empiecen a sembrar semillas de conciencia en tu interior.
Aprende con honestidad los errores que cometiste, prométete que no lo volverás a hacer y regresa a vivir la vida.


Autor desconocido

Y como dirían los Beatles, Let it be!
Deja al mundo ser.
Y déjate ser a ti también.

PERDONAS A LOS DEMÁS Y DEJALOS SER (PRIMERA PARTE)

Las personas se la pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les hizo.
La sorprendente revelación que te voy a hacer, va a cambiar tu vida…
¡Nadie te ha ofendido!
Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren.
Y las expectativas tu las creas con tus pensamientos.
No son reales. Son imaginarias.
Si tu esperabas que tus padres te dieran más amor, y no te lo dieron, no tienes porqué sentirte ofendido.
Son tus expectativas de lo que un padre ideal debió hacer contigo, las que fueron violadas.
Y tus ideas son las que te lastiman.
Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal y cual forma y no lo hizo…
Tu pareja no te ha hecho nada.
Es la diferencia entra las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren.
Nuevamente, eso está en tu imaginación.

żEnojado con Dios?

Son tus creencias de lo que debería hacer Dios, las que te lastiman.
Dios jamás ofende y daña a nadie.
Un hábito requiere de todas sus partes para funcionar.
Si pierde una, el hábito se desarma.
El hábito de sentirte ofendido por lo que te hacen otros (en realidad nadie te hace nada) desaparecerá cuando conozcas mejor la fuente de las “ofensas”.
Cuando nacemos, somos auténticos.
Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la sociedad y televisión nos enseñan.
Y crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y como deben de actuar los demás.
Una novela que no tiene nada que ver con la realidad.
También, las personas son creaturas de inventario.
A lo largo de su vida, coleccionan experiencias: padres, amigos, parejas, etc. y las almacenan en su inventario interior.
Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros que las positivas.
Y cuando una persona es maltratada por alguien, deja esa experiencia en su “inventario”.
Cuando conoce a alguien, tiene miedo.
Y trata de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que la hirió.
Saca una experiencia de su inventario negativo.
Se pone los lentes de esa experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida, con esos lentes.

żResultado?

Se duplican los mismos
problemas y las mismas experiencias negativas.
Y el inventario negativo sigue creciendo.
En realidad lo que hace es que te estorba.
No te deja ser feliz.
Y a medida que se avanza en años, se es menos feliz.
Es porque el inventario negativo aumenta año con año.
żHas visto a las personas de edad avanzada y a los matrimonios con muchos años?
Su inventario es tan grande, que parece que la negatividad es su vida.
Una y otra vez sacan experiencias de su inventario negativo ante cualquier circunstancia.
Una de las mayores fuentes de ofensas, es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida.
Cuando le dices lo que debe hacer y te dice “no”, creas resentimientos por partida doble.
Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías.
Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es.
Y es un círculo vicioso.
Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca.
Aprenderán de sus errores por sí mismos.
Déjalos ser.
También, nadie te pertenece.
Cuando los colonos americanos querían comprarles sus tierras a los Pieles Rojas, estos les contestaron