Dos amigas casadas, totalmente borrachas sintieron unas ganas irresistibles de ******.
Sin otra alternativa, pararon el auto y decidieron entrar en el cementerio.
Fue la primera y entonces se acordó que no tenía nada para secarse. Agarró la bombacha, se secó con ella y la tiró.
La segunda que tampoco tenía nada para secarse, pensó: "Yo no voy a tirar mi bombacha carísima y linda". Entonces agarró la cinta de una corona de flores que estaba encima de una tumba y se la colocó por dentro para no mojar la bombacha.
Al día siguiente, uno de los maridos llamó al otro por teléfono y le dijo: -Mi mujer llegó anoche a casa recontra borracha y sin bombacha.... terminé con mi matrimonio. Le dice el otro: -Tienes suerte, la mía llegó a casa con una faja en el **** que decía "JAMÁS TE OLVIDAREMOS -ANTONIO; MOISÉS; RENATO Y TODA LA FACULTAD"