Hoy yo te contaría que para mí, solo eres un soplo que de vez en cuando viene a mi mar, que ya no nacen suspiros en mi corazón cuando en este silencio pronuncio tu nombre.
Te aseguraría que mi piel ha dejado de serte fiel. Podría asegurarte, que estoy mejor sin ti, sin sentir la tentación de besarte otra vez.
Me gustaría gritar que puedes volver a la luna sin que se me desgarre el alma, cuando te vea partir. Te contaría mil cosas, de las cuales la mitad, volarán tras salir de mi boca.
Podría jurarte que olvidé tus ojos, tus “te quiero” de media noche, que he dejado mi ansiedad de tenerte conmigo otra vez.
Que me he sentido frágil, cuando me has mirado fijamente a los ojos…que ya no tengo celos de la almohada…que te puede tener cada noche, ni celos de esos suspiros que se ponen suavemente en la punta de tus labios cuando me besas.
Que puedo evadirme y divertirme hasta altas horas de la madrugada, ponerme los tacones más altos y la falda más corta…
Ya no me haces falta, ni lloro de rabia por no haberme tragado mi orgullo y decirte “te quiero” en un leve suspiro.
Quiero contarte que tengo la luna guardada en mi bolsillo, y las estrellas bajo mi cama.
Y ¿sabes? Te podría contar mil cosas más… pero, para que seguir mintiendo, si mi verdad sigue sintiendo otra cosa, si te llevo cosido a mi pecho, si me doy cuenta que te sueño entre mis sábanas, e imagino tus manos alrededor de mi cuerpo, y nuestros cuerpos entregados se vuelven locos de deseo…
Y si alguien me preguntase en este instante… ¿qué haces?, miro mi cama sonriendo y digo... ¡SUEÑO!!!
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Un simple abrazo nos enternece el corazón; 
